SITIO de MARIA ELENA SOFIA

TEATRO

Ultima Visita                       Teatro Breve                   

MARIA ELENA SOFIA

En cada diálogo con nuestros seres queridos se dicen palabras y se hacen gestos que pueden estar destinados a caer en el vacío, a aterrarnos y conmovernos; con el tiempo la melancolía nos hace recordarlos pensando en lo que fue, lo que pudo ser y lo que no fue. 

 
Estrenada en Sala Gregorio de Laferrère (Argentores, 2004) y Teatro IFT (2005)

   
   
 
Personajes:
 
 
 
Madre: Adriana DiCaprio 
Padre: Luis Campos
 
 
 
Mauricio (hijo): Emiliano Samar 
Dirección: Andrés Bazzalo
 
 
 
 
El padre está de pie, con una expresión ausente, retorciendo un periódico entre las manos, en medio de una habitación en penumbras. Es el dormitorio de su hijo, fallecido recientemente. En una repisa hay varias fotos de un joven, que el padre mira con dolor. Entra la madre El disimula, parece estar leyendo el diario.
 
Madre.-Alberto...
 
Padre.-¿Ya se fueron todos?

Madre.-Sí.
 
Padre.-Menos mal, no soporto esas visitas.
 
Madre.-Bueno, quieren ayudar... ¿Qué hacés acá dentro?
  
Padre.-Nada...Buscaba el encendedor.
  
Madre.-¿Para qué?
  
Padre.-Para... ya no me acuerdo.
 
Madre.-(disimulando) Bah, no importa.
 
Padre.-Cómo lo extraño. (mira alrededor)... Me arrepiento de haber sacado sus cosas, deberíamos haber dejado todo igual.
 
Madre.-(de pronto animada) Alberto ¿sabés qué? Te va a parecer una locura, pero pasé por la tienda y...
 
Padre.-¿Qué traés ahí? ¿Un regalo que te dieron?
 
Madre.-Una camisa, para El (se pone a llorar) No me di cuenta.
 
Padre.-Ana ¿tomaste las pastillas que te dieron?
 
Madre.-(estalla) ¡Sí, no! ¡No pienso tomar ni comer más nada!
 
 
Padre.-Hacé como quieras... Ponésela ahí, a los pies de la cama.
 
Madre.-(obedeciendo) No me di cuenta.
 
Padre.-(violento) ¡Y dejate de comprarle cosas!¡tu hijo no está más! ¡No-está-más!
 
Madre.-¡Callate! Ay, callate...
 
 
 
Pausa.
 
 
Padre.-Vamos, salgamos.
 
 
 
Se oyen ruidos. Alguien llega silbando. Madre y Padre se miran, atónitos.
 
Madre.- Qué locura, me pareció escuchar...
 
Padre.- Yo también escuché.
 
Padre.-¿Y eso?
 
Madre.-(va presurosa hacia la puerta) ¡Es él, Alberto, es él!
 
Padre.-(deteniéndola) Esperá, no puede ser, es imposible, ¿no te das cuenta?
 
Madre.-Te digo que es él, escuchá.
 
 
 
Pausa. Escuchan. El hijo recorre la casa, llamándolos. Se acerca hacia la escena.
 
Mauricio.- Papi… Mami… ¡Ey! ¿No hay nadie en casa?
 
Padre.- ¿Qué hacemos?
 
Madre.-Estamos mal...
 
Padre.- Vamos, cambiá esa cara.
 
Madre.- (vuelve a llorar) ¡Oh, Dios mío!
 
Mauricio.- ¡Papi! Mami...
 
Padre.-Vamos... Sería sospechoso que te encontrara llorando justo el día de tu cumpleaños.
 
Madre.-Tenés razón. Disimulemos.
 
Los dos se mueven buscando hacer algo.
 
Padre.-¿Qué es esto? Quisiera saber.
 
Madre.-(cambia de actitud, se arregla el cabello, corre las cortinas de la ventana) ¡Qué importa, pero qué importa, Alberto!
 
Mauricio.-(Todavía por la casa) ¡Vieja, ya llegué! ¿Estás en el jardín? Me doy un baño y salgo...
 
Padre.-Tratá de no desmayarte y pensá en lo que decís.
 
Madre.-¡Andate a la mierda, Alberto! Si querés dejame sola.
 
Padre.-No, yo me quedo.
 
 
 
El hijo entra. Está ensangrentado. Los padres quedan inmóviles.
 
Mauricio.-¡Estaban acá! ¿Por qué no contestaban? Yo dije “éstos se murieron” (Quiere abrazar a la madre, ella lo detiene) ¡Feliz cumple, ma! No tuve tiempo de comprar algo, pero...
 
Madre.-No importa, si supieras...
 
Padre.-¿Cómo estás, hijo?
 
Mauricio.-Ah, no sabés. El viaje fue bastante ajetreado. Tuvimos un accidente, pero igual pude llegar. Vine caminando.
 
Padre.-Raro en vos.
 
Madre.-Alberto...
 
Mauricio.-Está bien, ma, tiene razón...Hoy me siento un poco raro, en todo... ¿Por qué desarmaron La cama? ¿Justo hoy se les ocurrió limpiar?...¡Qué linda camisa!
 
Madre.- Pasé por la tienda y te la compré.
 
Mauricio.- Me gusta el color. Me baño y me la pongo.
 
Padre.-¡No! Al espejo no te mires.
 
Pausa.
 
Madre.-¿Adónde vas, hijo?
 
Mauricio.-Esta noche voy con los muchachos a bailar.
 
Madre.-No vas a ir con el día que es...

Mauricio.-Llovizna, ¿qué problema hay? No me voy a derretir...
 
Padre.-No ella no quiso decir eso (a la madre) Vos nunca te hacés entender.
 
Madre.- ¡Ah, porque vos sí! A ver, explicale por qué no queremos que salga.

Padre.-Eh, porqueee...porque vamos a cenar juntos esta noche. Es el cumpleaños de tu mami.
 
Mauricio.-Pero si acá nunca se festeja nada.
 
Madre.-De ahora en adelante todo será distinto.
 
Mauricio.-Ya me comprometí con los chicos, no quiero perdérmelo.
 
Madre.-Otro día podés ir.
 
Mauricio.-Es que... Evelyn va a estar y tengo que hablar con ella. Tengo que decirle algo muy importante, mamá. Lo pensé mucho. Hoy le voy a decir que la quiero.
 
Madre.-Pero...
 
Padre.-Ana, dejalo.
 
Mauricio.-(confundido) Un momento ¿Ustedes... no me iban a dejar ir?
 
Madre y Padre.-Nooo, nada de eso, ¿cómo se te ocurre?

Mauricio.-(Busca alrededor) ¿Dónde está mi ropa?
 
Padre.-Ah, preguntale a tu madre.
 
Madre.-Yo no quise sacar sus cosas, vos me obligaste.
 
Padre.-Lo recomendó el médico, Ana.
 
Madre.-No te preocupés, voy a buscarte algo.
 
Mauricio.-(Ríe). Ahora, ustedes dos están cada vez peor. Llego y los encuentro en mi pieza toda desmantelada, a oscuras y hablando estupideces.
 
Padre.-Yo buscaba un encendedor.
 
Mauricio.-¿Para qué?
 
Padre.-Ya no recuerdo, discutiendo con ésta...
 
Madre.-Basta, Alberto.
 
 
Padre.- Una camisa mía te iría bien. Siempre dijeron que nos parecemos mucho...
 
 
Mauricio.-Es que ahora...
 
 
Madre.- (Lo ve vacilar) ¿Qué hijo?

 
 
Mauricio.-No sé qué me pasa, pero creo que no voy a poder... vestirme, ir a bailar, encontrarme con Evelyn...(Sigue hablando, no se le oye más lo que dice.)
 
 
Padre.-(Se angustia). Nosotros vamos a buscar tus cosas y acomodamos todo de nuevo.
 
 
Madre.-¿Y él mientras tanto qué hace?
 
Mauricio.-Digo yo...en estos días ¿pasó algo?
 
Sigue hablando, no se le entiende nada. La madre rompe a llorar.
 
 
Mauricio.- Eh, ¿Qué pasa, viejo?
 
 
Padre.-No, Ana, por favor.
 
 
Mauricio.- ¿No me oyen?
 
 
Padre.-(Al hijo) Lamentablemente, no te iba a decir, pero...tuvimos gente hasta recién... Así que...
 
 
 
Mauricio.- ¿Por el cumpleaños de mamá?(Repite la mitad de la frase, hay altos y bajos, su timbre de voz de desregula).
 
 
Padre.-No, vinieron para acompañarnos.
 
 
Madre.-Sí...
 
 
 
Pausa. El hijo observa la repisa poblada de retratos suyos.
 
 
Mauricio.-¡Miren! (Ríe). Cuando aprendí a andar en bicicleta... Cuando me llevaron a los juegos de la Costa... Acá estoy con el traje de la fiesta de egresados..¡Y ésta cuando nos disfrazamos con los chicos!... Y aquella es de mi último cumple, cuando la traje a Evelyn para que la conocieran.
 
 
Madre.-Las vamos a conservar siempre... ¿Por qué no descansás un rato? Enseguida arreglamos la cama ¿no, Alberto?
 
 
Padre.-Sí, vamos.
 
 
 
Mauricio.-No, dejen, no estoy cansado.(Repite la frase, pierde el timbre de voz).
 
 
Padre.-Pero si venís de un largo viaje...
 
 
 
Madre.-Tenés que estar agotadísimo.
 
 
Mauricio.-No. Como les dije, ya me voy... No me voy a cambiar. Tengo que ver a Evelyn... (De pronto se mira las manos) No me veo las manos. ¡No me veo las manos! Evelyn... ¡Evelyn!

Sale gritando. Silencio largo. la madre suspira y sale pesadamente. Al rato vuelve. Se mira con el marido.
 
 
Padre.-¿Se fue? Se fue...


 
APAGÓN
 


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